viernes, 30 de marzo de 2007

Hanna Arendt

Me ha pasado, en ambos embarazos, que me da por ponerme a hacer cosas. En el primero, un poco más primitiva, la necesidad era lavar y planchar ropa... En este segundo me dió por hacer manualidades. He hecho muñecos, bolsos, hasta un almohadón!!
Repasando esta situación me dió por pensar mientras Jere no me dejaba dormir con sus llantos nocturnos el por qué de esto (ya les hablé de mi vicio profesional). Como lo mío no es la psicología tuve necesidad de encontrar otras explicaciones y recordé a esta mujer:
Hanna Arendt.
Si bien ella se caracterizó más por pensar en los sistemas políticos, también ha pensado sobre la Condición Humana, y es precisamente en ese escrito en donde ella analiza el trabajo, la labor y la acción. Cosas que solemos tomar como sinónimos pero que sin embargo no lo son.
Durante mi maternal insomnio me preguntaba si el ser mamá es trabajo o es labor. Y me preguntaba el por qué de la necesidad de hacer productos como un almohadón. Un hijo, se entiende, difiere de un almohadón en más de un sentido.
La labor se llama a todo aquello que tiene más que ver con el aspecto biológico humano. Nuestros productos "naturales" si se quiere. Con esto, el ser madre sería una labor. También es propio de la labor asegurar la vida de la propia especie, además de la propia. Ser madre, entonces es algo que nos pasa, no algo que construímos. Nop, no me resignaba a esta explicación.
El trabajo, por su parte, es la actividad que no se refiere al aspecto natural de nuestra humanidad. Necesita la mediación de los objetos, las cosas. Es aquello que nos remite a una cierta inmortalidad. Inmortalidad presente en aquellos productos que dejamos detrás. Los almohadones!! Hum... solo los almohadones? Un hijo también carga con mucho de nuestro "trabajo", pensé.
La maternidad entendida como una suma de labor y trabajo me suena ahora un poco más interesante, incluso más enriquecedora.
A la acción no llegué... se los debo, pero como adelanto les cuento que se refiere a la actividad desarrollada "hacia afuera". Entre las tantas cosas que me trae la maternidad es que el "trabajo" elimina casi todas mis ganas de leer filosofía en pos de los almohadones. Pero nuestras hormonas finalmente se acomodan, y cuando eso suceda seguramente me pondré a leer otra vez.

1 comentario:

Marce dijo...

Qué interesantes tus reflexiones. Comparto contigo esa necesidad e impulso de darle vuelta y teorizar sobre lo aparentemente cotideano y en ese sentido la vivencia de la maternidad nos da demasiado material.
Sobre eso de ponerse a hacer cosas durante el embarazo, con una amiga a las dos nos pasaba y averiguando supimos que le llama "nesting instinct" y sería una herencia de nuestras antepasadas que durante el embarazo tenían la imperante necesidad de preparar el nido dónde recibirían a sus cría. esa energía es la que nosotros usamos volviéndolos locas ordenando y limpiando la casa, arreglando la pieza de la guagua, el bolso de la clínica y se tenemos todo listo, haciendo manualidades!A mi me vino muy fuerte el instinto pq cuanod quedé embarazada me estaba cambiando recién a un departamento vacío, que en 9 meses convertí, con la ayuda de mi marido que no entendía el apuro, en un hogar qie parecía haber estado así por años. Ahora miro para atrás y me doy cuenta que ese urgimiento por tener todo listo era bien irracional y claro... en realidad era todo lo contrario: un instinto

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